Este dibujo lo encontré en el comedor de la casa de mi abuela, hará una semana.
Cuando lo vi, supuse que era de mi hermanita y no le di bola. Al rato, mi abuela me contó que se había comprado unos lápices de colores, y que iba a empezar a dibujar para no estar tanto "dale y dale con el televisor". Con vergüenza y risas me mostró ese mismo dibujo que ya había atribuido a mi hermana momentos atrás. Le di un abrazo, un beso en la frente, y le pedí que me deje tomarle una foto. Al principio no quería, me dijo que había querido copiar una muñeca que había visto en una revista y que no le salió, pero finalmente cedió.
Y acá está la foto. Todavía me emociono cuando pienso en ese hecho tan simple.